Durante la pasada semana se consumaba uno de los mayores disparates económicos que conozco. En el sistema en el que vivimos, una inversión responde ante el riesgo que conlleva, de forma que tu dinero está condicionado a la respuesta futura de tu inversión. Si sale bien obtienes más dinero del que invertiste y si sale mal, ocurre lo contrario y pierdes dinero.
Las acciones son una inversión particular, donde lo que inviertes es tu dinero a cambio de un "trozo" de la empresa, de forma que tanto beneficios como pérdidas son repartidas con los accionistas a razón del porcentaje de la empresa que posean.
El Estado español ha comprado el 45% de Bankia debido a su falta total de solvencia, es decir, rescata Bankia a cambio del 45% de las acciones. Pues bien, cuando un proyecto no funciona y necesita ser rescatado por la magnitud del mismo, los accionistas pierden lo invertido, la totalidad. Diferenciemos clientes de accionistas, quien tiene el dinero en el banco es el cliente y se supone que el Estado interviene para asegurar la estabilidad del sistema financiero y proteger a los usuarios. Es más, el Estado está nacionalizando una entidad, debe hacer una nacionalización total y pasar a ser de dominio público total. El siguiente paso es, lógicamente, dejar de cotizar en bolsa puesto que todas las acciones tienen el mismo dueño y a partir de ahí si tendríamos una respuesta coherente donde estamos protegiendo al sistema de un colapso y permitiendo a los usuarios conservar sus ahorros, cosa que deberíamos hacer de igual modo por ley a través del FROB.
Pero nada de esto ha pasado. Hemos convertido un rescate en una compra de acciones que va a llevar a la necesidad de invertir más dinero público que será repartido entre todos los accionistas, esos mismos que están ante un proyecto en el que solo pueden ganar. Es realmente un disparate económico que incumple cualquier base de la economía moderna.
La respuesta del mercado ha sido clara, la prima de riego roza los 500 puntos y Bankia pierde un 10% de su valor en un solo día.